Mi Historia

Mi camino de fe comenzó con mi familia asistiendo juntos a la iglesia, creando una base de fe desde temprana edad. Vi la importancia de ser un católico practicante en mi familia, especialmente a través de la devoción de mi abuela, lo cual dejó una impresión duradera en mí. Cuando mi abuelo estaba en el hospital, mi familia rezaba el rosario juntos, lo que nos acercaba durante un momento difícil. La muerte de mi abuelo entristeció profundamente a todos, pero probablemente fue la primera vez que recuerdo ver a mi papá llorar abiertamente. Este período de oración familiar fue fundamental para mí.

Más tarde, la partida de mi papá me dejó sin un modelo masculino y me llevó a convertirme en un católico tibio. Sin embargo, en el Workcamp, fui a confesarme y compartí mis luchas, dándome cuenta de que nunca había perdonado realmente a mi papá, lo que me impedía recibir verdaderamente el amor de Dios. Esta experiencia me ayudó a entender la importancia del perdón y el tipo de hombre que quería ser. También me llevó a cuestionar mi vocación como padre, ya sea espiritual o físicamente.

Después de mis desafíos con mi papá, caí en una profunda depresión, agravada aún más por la medicación para mi TDAH (ADD), lo que me convirtió en una sombra de lo que era. A pesar de esto, seguí yendo a la iglesia, a veces porque mi mamá insistía, otras veces porque no quería decepcionar a ella ni a mí mismo. Durante mi último año, estuve en riesgo de no graduarme debido a calificaciones bajas. Una noche, después de ser llamado a la oficina, regresé a casa y lloré, culpando inicialmente a Dios por mis problemas. Pero luego me di cuenta de que mis problemas eran insignificantes en el gran esquema de las cosas y que era mi responsabilidad arreglarlos. Recuerdo haber rezado para que Dios me ayudara y me abrazara. Me acosté esa noche y sentí la cálida y amorosa presencia de Dios a mi alrededor.

Nuestra Madre María y el rosario han sido una fuente significativa de consuelo para mí. Ella ha proporcionado un sentido de paz durante las crisis familiares y las luchas personales.

Mis experiencias me han inculcado el deseo de vivir mi fe de manera práctica, aspirando a ser un mejor hombre católico. Ahora intento buscar a Dios en todo lo que hago, y mientras lo hago, comparto lo que aprendo. Espero inspirar a otros a buscar la ayuda de Dios, abrazar el perdón y asumir la responsabilidad personal de sus acciones, demostrando la fuerza y el consuelo que la fe puede brindar.

Su Impacto

Creo que es un privilegio y un honor asociarme con otros para cumplir la Gran Comisión. Decidí depender completamente del apoyo espiritual y financiero de otros para completar esta misión debido a la bendición que es compartir este trabajo con los demás. Si estás interesado en aprender más sobre la misión y las formas de unirte a mi equipo de apoyo, por favor déjame saber la mejor manera de contactarte y podemos programar una cita. Gracias y que Dios te bendiga.